Por motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, el 20 de marzo se ha celebrado la XXVº Martxa contra el Racismo y la Xenofobia que cada año organizan -SOS Racismo, medicusmundi Gipuzkoa y la Coordinadora de ONGD de Euskadi- entre Pasaia y Donostia. En ella, con el apoyo de 57 colectivos y 700 personas, se ha denunciado que migrar, buscar una vida más digna, un trabajo para poder vivir y ayudar a la familia, esté abocado, en muchos casos, a la muerte, y han reclamado que las fronteras dejen de ser un lugar de muerte.
Para esta edición, los colectivos que han secundado la Martxa, un total de 57, han tenido como eslogan central de la campaña “Pasa”. Y es que con él se quiere denunciar la situación de indefensión en la que se encuentran las personas migrantes que no cuentan con papeles y que se juegan la vida tratando de cruzar las fronteras, al tiempo de concienciar sobre la necesidad de que la ciudadanía se movilice para darle la vuelta a esta situación. A esta reivindicación se han sumado unas 700 personas que han acudido a la Martxa de hoy.
Pasa la frontera
Durante muchos años las fronteras exteriores de la Unión Europea, fundamentalmente las del Mediterráneo central (Italia y Malta), del occidental (España) y del oriental (Grecia), las situadas en la gran línea de fractura migratoria entre Europa y África han sido lugares de muerte.
Y en los últimos años, a las fronteras exteriores de la Unión Europea se les han unido otras fronteras y otras rutas. Son fronteras interiores de la Unión, entre Estados de la propia Unión, como la de Irun-Hendaia, el Canal de la Mancha entre Francia y Gran Bretaña, y la ruta del Atlántico entre África del oeste y Canarias. En cada una de ellas va paulatinamente aumentando el número de personas muertas y desaparecidas.
¿Qué pasa con los Derechos Humanos?
La Unión Europea sigue sin poder construir una política común de inmigración y asilo que merezca tal nombre. El proyecto presentado por la Comisión en septiembre de 2020 sigue, siendo benévolos, medio paralizado. No acaba de concretarse debido a las profundas contradicciones entre los Estados que conforman la Unión. Unos quieren parar la inmigración como sea, incluyendo la construcción de muros y vallas. Otros quieren expulsar a países terceros a los solicitantes de asilo hasta que sus expedientes sean validados. Otros quieren regular las entradas y las salidas. Los que son frontera exterior quieren mayor control en esas fronteras. Y los que no, quieren mayor control de los llamados movimientos secundarios, los movimientos entre diferentes países, lo que aquí solemos llamar migración en tránsito. El resultado práctico es de paralización y eternización de las negociaciones, sin que se tomen decisiones para organizar de forma más adecuada los movimientos migratorios, situación que los colectivos que han apoyado la Martxa ven inaceptable.
Está pasando
Las muertes se concentran en un tipo de inmigración, la que proviene de los países que tienen obligación de disponer de un visado de entrada para acceder al espacio Schengen, principalmente la inmigración procedente de África y de una parte de Asia. No hay muertes entre quienes entran en avión, entre quienes provienen de países eximidos de la obligación de disponer de un visado de estancia, aunque luego puedan tener serios problemas con su regularización administrativa. Pero son de otra naturaleza.
La Unión Europea es la zona del mundo que acoge mayor número de inmigrantes internacionales. Es, también, uno de los más importantes destinos migratorios del mundo. Y es también un lugar en el que cada año se formalizan miles de primo-solicitudes de asilo.
“El problema es que, desde hace años, todo indica que esas entradas no son suficientes, que hay muchos miles de personas más que salen de sus países con destino a la Unión Europea buscando una vida más digna de la que tienen, un futuro mejor, o protección ante la persecución de la que son objeto –relatan desde SOS Racismo, coorganizadora de la Martxa-. Por lo tanto, aunque valoramos lo que entra actualmente, sigue quedando demasiada gente fuera, tocando nuestras puertas, después de hacer viajes muy peligrosos, en los que, en muchos casos, su propia vida está en peligro. Y todo apunta a que esa cantidad de personas que se queda a las puertas, o que intenta dar el último salto, va a aumentar. Ya son 25 martxas denunciando la vulneración de los derechos en las fronteras, la discriminación selectiva y las políticas de muerte que suponen, y la situación no mejora”.
Pasar a la acción
Los colectivos que han secundado la Martxa consideran que esta cruda realidad requiere la adopción de medidas políticas y sociales que puedan canalizar mejor de lo que hasta ahora se hace; los flujos migratorios y las demandas de protección internacional, de asilo, de refugio. Al mismo tiempo, una mejor regulación de los movimientos secundarios, de los tránsitos entre países de la Unión, en las fronteras interiores: Una política más activa, más comprometida, en la concesión de visados para con las personas que migran; pasar de las declaraciones a los hechos en facilitar los acuerdos que desarrollen vías legales de entrada con diferentes países; materializar las políticas de asociación en materia de talento para la inmigración de mano de obra técnicamente cualificada; garantizar que las personas que lo necesitan puedan solicitar efectivamente la protección internacional, y que lo puedan hacer en los países a los que llegan; incrementar las reinstalaciones de personas refugiadas; etc.
Somos aves de paso
“El mundo está dividido en Estados nación celosos de su soberanía, en los que se distingue con claridad entre la condición de ciudadanos y extranjeros, pero las migraciones están ahí. Y entran en contradicción valores estimables. Los Estados quieren controlar quién entra y quién no. Pero las grandes desigualdades existentes, el mal reparto de las riquezas hacen que haya muchas personas abocadas a migrar, si quieren vivir más dignamente. Y esa aspiración es legítima, y migrar siempre ha sido un medio para conseguirla, -relatan desde SOS Racismo-, y destacan que en ese choque de valores, la parte más débil, la que tiene más dificultades, la que recibe todos los palos, es la compuesta por esos miles de personas migrantes y refugiadas, que se enfrentan a viajes muy peligrosos y a las dificultades para asentarse en uno u otro país. Y, entre ellas, las mujeres y menores de edad son las más perjudicadas”.
“Eso nos obliga a estar con todas ellas, a apoyarles, a plantear salidas a las autoridades políticas y administrativas. Ninguna persona es una isla. Y la situación de esas personas nos interpela. Y es justo proporcionarles apoyo. La vida de las personas cuenta, debe contar. Y las políticas migratorias deben tomar cuenta de ello”, reclaman los colectivos que han apoyado la Martxa.
Las organizaciones que han apoyado la XXVª Marcha contra el Racismo y la Xenofobia son: SOS RACISMO • MEDICUSMUNDI GIPUZKOA • COORDINADORA DE ONGD DE EUSKADI • ADISKIDETUAK • AGISAS • AMHER • AMNISTIA INTERNACIONAL • ARRATS • ASAMABLEA FEMINISTA ORERETA • ASOCIACIÓN ADECO • BEHAR BIDASOA • BIDEZ BIDE ELKARTEA • CALCUTA ONDOAN • CEAR ERREFUXIATUAK • DENON ELKARTEA • DONOSTIAKO SAHARAKO LAGUNEN ELKARTEA • EIHERA KOOP. TXIKI • ECONOMISTAS SIN FRONTERAS EUSKADI • EHGAM • ELAN-EUSKADI • ELKARREKIN KOOP. TXIKI • EMAÚS FUNDACIÓN SOCIAL • ENRAIZA DERECHOS • ESK • ESPERANZA LATINA • ETIOPIA UTOPIA • FISC EUSKAL HERRIA • FUNDACIÓN ADSIS • FUNDACIÓN PAZ Y SOLIDARIDAD DE EUSKADI • GOT • GRUPO PEÑASCAL • HAURRALDE FUNDAZIOA • HIRITARRON HARRERA SAREA/RED DE ACOGIDA CIUDADANA • HELDUAK • INTERED • IRUNGO HARRERA SAREA • KOLORE GUZTIAK • MALEN ETXEA • MUGARIK GABE • MUGEN GAINETIK • MUNDUBAT • ONDOAN TOPAGUNEA • ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK • PLAZANDREOK • PROCLADE-YANAPAY • PROYDE-PROEGA FUNDAZIOA • RED ATENEA • SALVAMENTO MARÍTIMO HUMANITARIO • SODEPAZ EUSKADI • STEILAS • TAU FUNDAZIOA • UME ALAIA • ZAPOREAK • ZERO POBREZIA • USANDESIGN • LAB SINDIKATUA • EGK