Hace casi una década, en 2011, CREA conseguía congregar en su primera conferencia global, Count Me In (Cuenta conmigo) a 300 feministas de todo el mundo. Su objetivo fue abordar la violencia contra mujeres marginadas de los colectivos trans, lesbianas, mujeres con discapacidad y trabajadoras sexuales del sur de Asia.
Este abril celebraba una segunda edición, bajo el título de ReConference, en Katmandú (Nepal). Allí nos juntamos más de 500 activistas, artistas y aliadas de más de 50 países diferentes, con el objetivo de seguir abordando temas relacionados con mujeres marginadas, pero desde diferentes ámbitos y puntos de vista.
El contexto actual pesó mucho en CREA, como no podía ser de otra manera, a la hora de preparar el programa de este encuentro. La actualidad nos enfrenta a entornos políticos restrictivos, que suponen una seria amenaza al pensamiento crítico, a la libertad de expresión y a los derechos humanos. En este contexto, los movimientos feministas no cuentan con estructuras de gobierno o sistemas de derechos humanos para proteger y garantizar los derechos de las mujeres. Es algo que sucede a escala mundial.
Para enfrentar esta realidad tienen especial trascendencia las herramientas con las que puedan contar las feministas. CREA da especial importancia en su trabajo a la tecnología, que está brindando múltiples y nuevas oportunidades y libertades; pero también trae consigo censura, vigilancia y nuevas formas de violencia. Los medios y las tecnologías digitales están siendo utilizadas tanto por fuerzas progresistas como reaccionarias, con formas cada vez más sofisticadas para difundir sus mensajes y movilizarse con una velocidad y alcance sin precedentes. Por todo ello esta temática ha sido uno de los ejes trabajados en la ReConference.
En el encuentro hemos podido vivir de primera mano cómo diferentes movimientos y colectivos feministas se están preparando de diferentes formas para enfrentar estos desafíos. Las y los artistas están interrumpiendo los espacios físicos y digitales con su arte. Los y las pensadoras creativas están construyendo discursos alternativos que desestabilizaban las ideas normativas sobre los cuerpos, el género y la sexualidad. Los movimientos por los derechos de las mujeres están abordando temas de inclusión y exclusión. Los colectivos que trabajan derechos de personas con discapacidad, derechos LGBT y derechos de trabajadoras sexuales, entre otros, continúan desafiando el estigma, la violencia y la discriminación; continúan provocando e imaginando otro mundo posible.
Precisamente ese era uno de los objetivos del encuentro, y por eso CREA ha querido que fuese la reunión de activistas y artistas de todo el mundo. Porque, según se ha visto en la conferencia, necesitamos reconstruir los movimientos feministas de manera creativa. Necesitamos volver a imaginar temas como el consentimiento. Y debemos imaginar nuevamente los placeres y los peligros que implica la tecnología, enfocándonos no en lo que no queremos que sea la tecnología, sino, de manera crucial, en lo que sí queremos que sea.
Es la conclusión que debemos tener presente después de haber compartido estos días con personas llegadas a Katmandú de todas partes del mundo. Necesitamos repensar, volver a imaginar y reiniciar nuestro activismo, nuestra política y nuestros movimientos feministas.